¿Creéis verdaderamente que todos aquellos que nos dedicamos a intentar dar una oportunidad a los más desprotegidos y dentro de los desprotegidos, a los gatos, no tenemos momentos muy difíciles y pensemos en tirar la toalla más de una vez?. ¿Creéis que somos trabajadores que tienen jornada parcial o completa que cumplen con su obligación y terminada la jornada cierran la puerta y se olvidan hasta el día siguiente?. ¿Creéis que como asociación estamos absolutamente obligados a atender todo tipo de llamamientos, peticiones, ruegos, chantajes emocionales, imágenes y textos desgarradores sin sentir el más mínimo ápice de empatía solo por el hecho de tener que decir NO?.
Verdaderamente creemos que muchas personas que ven desde fuera nuestra labor no entienden que una asociación no es más que un grupo de personas que se unen para hacer causa común, reconfortarnos en los malos momentos y no sentir tanta soledad a la hora de afrontar las experiencias vividas. No cobramos por hacer lo que hacemos, ni recibimos subvenciones ni nada parecido de ayuntamientos, ni de organismos oficiales ni mucho menos del gobierno.
Tenemos más o menos contactos con personas que en un momento puntual pueden echar una mano a la hora de socorrer a un animal herido, acuerdos con veterinarios para dejarnos precios razonables y lo único que nos sobra de corazón, son nuestras ganas de ayudar a los que necesitan ayuda, simple, razonable y a veces hasta incomprensible para el resto, no somos héroes de película, ni villanos cuando alguien está en desacuerdo con nuestra filosofía, la de 4 Gatos Madrid, la misma de antes, la de ahora y la que seguirá siendo, intentar dar una vida mejor a los que podemos abarcar, porque le ponemos todo el corazón y seguramente nos equivoquemos más de una vez y lo intentaremos enmendar como podamos, mientras tanto seguiremos luchando por y para ellos.
