Kara revolvía entre cubos de basura, estaba muerta de hambre.
Nadie había reparado en ella hasta entonces, había sido una preciosa gatita carey invisible, asustada frente a la ruidosa e insegura calle a la que ella no estaba acostumbrada.
Bastaron las palabras amables de nuestros voluntarios de 4gatosmadrid.org para que se acercase a restregarse en sus piernas con un atisbo de esperanza.
Esas palabras amables hicieron que sus espectaculares ojitos brillaran de alegría, ya sabiendo que no la dejarían tirada en ese lugar peligroso que tanto la aterraba.
Entró como si lo conociera de toda la vida en el transportin que Jorge y Óscar le enseñaron. Cuando se sintió segura en nuestra acogida, se mostró tal y como es, una cariñosísima gatita que sólo busca mimos y mucho amor que dar y recibir.
Kara es una gata casera, buena, cariñosísima y espectacularmente bella.