Su mamá tuvo el infortunio del abandono. Sí, la abandonaron en una “casa”. La que había sido su humana, se marchó sin el menor remordimiento, dejándola a su hermana y a ella en un entorno hostil. Cualquiera puede pensar que tuvo la suerte de que no ir a parar a la calle, pero no fue una suerte, en esa casa empezaron a vivir un auténtico horror, su madre y sus proles. Suciedad, ataques entre gatos, masificación, bebés que morían….
Nos pasaron, a los voluntarios de 4gatosmadrid.org, el caso de la casa de Noé y las fotos… aquellas fotos nos hirieron los ojos y el alma y, desde entonces, luchamos por sacar a todos. Una labor enorme detrás de todo esto y, sobre todo, muchas noches sin dormir, pensando en los pequeños, en los grandes y en esas mamás que perdían a sus hijos y que podían sufrir de mastitis y hasta morir de debilidad.
Pero nuestros pequeños BART, LISA y MAGGIE tuvieron la gran fortuna (el cuarto hermano no tuvo la suerte de contarlo) de ser rescatados de esa casa a tiempo, con sólo mes y medio.
Los tres pequeños, en el momento en que se vieron en un entorno amable, limpio y con comida, de la que alimenta, cambiaron anímicamente y físicamente, comenzaron a tener un ritmo frenético de juegos y alegría, su pelo se volvió sedoso y brillante…
Es algo que no podemos negar nunca a nuestros peludos, tienen que ser felices y tener una infancia alegre para que su crecimiento sea adecuado y emocionalmente estable.
Con estos peques lo estamos logrando con creces y ahora sólo necesitamos que les deis la tercera oportunidad de disfrutar de un hogar de los de verdad, donde se les quiera y que el pasado sea sólo un mal sueño. Ellos harán todo lo demás, porque han venido a la vida para vivir y dar mimitos de gato agradecido.
Juquetones, cariñosos, peluches auténticos: Bart, el más “tranquilo” y dulce, complementa perfectamente con sus hermanas locuelas Maggie y Lisa.