Después de rescatar a Ónix, decidimos ir a por su mamá para castrarla, pero nos encontramos con un panorama desolador. Pensábamos que Ónix era hija única o sus hermanos ya no estaban vivos. Pues no, nos encontramos con otros dos negritos con los ojitos fatal y nos dispusimos a un nuevo rescate.
Fue fácil cogerlos por su dificultad para moverse sin ver.
Turmalina, de los 3 hermanos, era la que mejor estaba, la más gordita y la más grande. Cuando la fuimos a curar los ojitos por primera vez, nos dio la sensación de estar tomando en nuestros brazos un osito muy pequeñito, era rechoncha y con una carita preciosa.
Respondió muy bien a la medicación y enseguida le recuperamos los dos ojitos.
Su carácter es espectacular: cariñosa, juguetona, busca compañía humana y, por supuesto, felina. Son 2 mesecitos de vida pero quiere formar parte de tu familia para siempre si tu la dejas.
¿Quieres ser tú el que le dé una oportunidad a esta simpática preciosidad?