Se llama Amira y es una verdadera joya rescatada en una de nuestras colonias en las que colaboramos en Móstoles. La verdad es que su vida iba a ser incierta. Econtró a algunos vecinos que consideran que los gatos son un problema y hablaban de envenenarles. Menos mal que también existían otras personas sensatas que se preocupaban por su bienestar.
Nuestra Amira era parte de un proyecto de castración de su colonia. Una sorpresa con la que no contábamos. ¿Cómo una gata callejera que no ha conocido un hogar podía ser tan casera? Desde el momento en que pisó 4 Gatos dio buena muestra de su carácter. No sólo es preciosa sino afable, sensible, y encantada con el trato humano. Por desgracia, no todos sus compañeros han tenido suerte y han pasado un invierno con enfermedades y distintas penurias. Nuestra peque merece unos humanos que sepan darle lo que ella pide: mucho amor, tranquilidad y ganas de compartir toda una vida juntos. Sabemos que se lo merece.