Adopta Gatos: matrimonio Gatuno. Inseparables
La historia de NINA es de éstas que no dejan indiferente. Puede parecer increíble, nunca mejor dicho, pero es que su historia es increíble.
Nina era una gatita de un polígono de Móstoles, que como cualquier otra gata sin castrar, tiene como resultado una camada de gatos. Sus bebés fueron rescatados, no llegaban al mes, Meróe, Nubia Y Kush. La mamá, a no ser que sea sociable, castramos y retornamos a su entorno.
Nina, después de 1 añito en la calle, nos empezó a pedir mimos. Sí, nos empezó a dejar a acariciarle, sentíamos que estaba agradecida de ver cómo le acariciábamos la cabeza pero al ver su cuerpo, algo nos preocupó. Su vientre estaba hinchado. Cómo era eso posible, si ya le habíamos operado? Sin posibilidad de estar de nuevo preñada, eso nos alertó. Sin pensarlo 2 veces, sin muchos recursos, suplicando que alguien nos diese su hogar para ser casa de acogida y tenerla mientras veíamos qué hacer con ella, encontramos ese hogar así que después de llevarla al veterinario, no pudieron dejarnos más destruidos. El diagnóstico que nos dieron fue abrumador, de éstos que esperas no oír nunca, pero sí, eso fue lo que nos dijeron. Una enfermedad altamente mortal.
Como 4GatosMadrid nunca se rinde, averiguamos por otros veterinarios, que existía un tratamiento alternativo, con grandes resultados, así que allá que nos embarcamos en esta lucha diaria. El tratamiento comenzó en mayo del 2022 y terminó en septiembre de 2022, consistía en inyecciones subcutáneas, todos los días y a la misma hora, ni un minuto más ni un minuto menos. La organización tenía que ser perfecta, para una asociación tan pequeñita como la nuestra, el reto era impresionante, pero nos organizamos entre 5 personas y todos los días íbamos a pincharle el tratamiento. La casa de acogida al saber que tendría que realizar este tipo de tratamiento se echó para atrás y tuvimos que dejarla en un local que menos mal que nos lo cedieron y allí pudimos tener a Nina desde el día que la sacamos por segunda vez de la calle, enferma, con muy mal pronóstico de salvación y siguió cada día, aguantando, con idas y venidas al veterinario para monitorizar los avances, analíticas, ecografías y pinchazos que por el tipo de líquido, un poco abrasivo, si no tenías mucho cuidado, podía abrasar la piel.
Estamos muy orgullosos de aquel día de septiembre de 2022 cuando le dieron el alta. Nina estaba curada, tantos y tantos sacrificios por parte de todos y por supuesto de ella, de su lucha diaria, tendría su recompensa. A día de hoy, después de 1 año, hemos podido encontrarle una casita de acogida, junto a otro de nuestros gatos grandullones y bonachones, por eso su historia está entrelazada con BABÚ, el gato abandonado más noblote y el amor incondicional de Nina, se adoran, se quieren, se buscan y si ocurriera un milagro, les daríamos un hogar definitivo para siempre estando juntos, para siempre.
BABÚ, no llega a los 3 años de edad. Cuando le vimos por primera vez en una colonia que estábamos controlando, era un gato lleno de heridas, delgado y sin castrar. No parecía en absoluto un gato sociable, que se hubiera escapado o le hubieran abandonado. Cómo nos equivocamos a veces con las primeras impresiones!!!!. Al capturarle en junio de 2022 para castrar, nos dimos cuenta que su cuerpo tenía heridas que muy probablemente le habían causado los demás gatos. El que le alimentaba decía que los gatos le pegaban y que apenas se defendía. Eso nos hizo pensar que muy probablemente le habían abandonado siendo casero, porque si, eso es lo que ocurre cuando un gato que siempre ha vivido en un hogar, se ve de repente en la calle con otros gatos, no sabe defenderse y muere en la calle porque los peligros son tantos y tan variados que es doloroso imaginar por el calvario que pasan, antes de llegar a su último aliento. Pero como por fortuna se nos cruzó en el camino, Babú, aunque malherido y desnutrido, tuvimos que darle tratamiento para desparasitarle, para recuperar sus nutrientes porque estaba además de deshidratado, se notaba que no había sido bien alimentado. Babú además tuvo alguna que otra complicación con su peso porque comía con ansiedad y ahora está más bien con sobrepeso, jeje, quién nos lo iba a decir, un gatito delgaducho y ahora está gordote. También se le complicó un tema de sus ojitos, el tratamiento que siguió durante un tiempo su acogida, eran gotitas a diario y para un gato, solo una criatura noble, cariñosa y tranquilita se dejaría hacer como Babú. A él tampoco le quisieron en una casa, hasta pasado 1 año, así que no tuvimos más remedio que meterle en el mismo sitio que a Nina, creemos firmemente que todo el calvario que pasaron ambos, les unió y a día de hoy son absolutamente inseparables.
Podríamos escribir muchos más párrafos, de verdad, pero no nos alcanzaría el espacio para el contenido en esta web. Solo decir que uno y otra, son muy muy especiales, por su lucha, primero en la calle, después con sus tratamientos, nos han demostrado que quienes los adopten pueden tener 2 ángeles en casa. Ambos son doble positivos. Pero están rebosantes de salud.
