Rocky es otro de nuestros tesoros de la colonia de Móstoles I. No os confundáis con el nombre, es una gatita. A primera vista parecería que nació entre algodones. Un vecindario con muchos jardines, arbustos para esconderse e incluso una piscina donde tomar el sol. Rocky nació, como todos sus parientes muy cerca de la piscina, un recinto vallado, con árboles, fuente de agua, insectos que cazar y gente amable que les da de comer. Las mamás gato aprovechan las épocas de celo para refugiarse allí. Ningún humano aparece durante meses y tienen acceso fácil de entrada y salida. Un verdadero paraíso gatuno. Cuando se necesita más intimidad hay incluso una caseta del jardinero que hace las veces de paritorio o refugio cuando llueve.
Todo parecería estupendo si no fuera por la oposición humana que viven a diario. Los vecinos no quieren bajo ningún concepto que los gatos entren en los terrenos de la piscina puesto que no les parece higiénico. Tampoco están a favor de realizar una castración controlada de la colonia. Hay incluso quienes sugieren medidas drásticas para acabar con ellos. Esa es la razón por la que tuvimos que hacernos cargo de Rocky y sus otros parientes y librarles de un envenenamiento o algo peor. Sus tres mesecitos hacen de ella un bebé encantador y cariñoso que sólo busca juegos y alguien que se quiera darle una oportunidad, como le dieron a su hermanito Despistado. Su belleza es espectacular y su carácter estupendo. Si tú eres esa persona, y quieres tener a una compañera de por vida que te llene de ronroneos, ve a nuestro enlace de cómo adoptar.